Queridos
blogger@s, me dispongo a comentar un artículo que nos facilitó nuestra
profesora de Didáctica General, Carmen Cruces.
El autor de
este artículo es Antonio Bolívar.
En estas líneas
trataremos sobre todo la mejora y eficacia en la escuela, la teoría del cambio
educativo y las cualidades de un buen docente.
Debemos
enfatizar los cambios en los procesos de trabajo, se trata ahora de valorarlos
en función e su impacto en la mejora de los desempeños del alumnado.
Si se requiere trabajar en equipo dentro del
centro, ello se tiene que hacer para mejorar las estrategias didácticas del
profesorado y las buenas experiencias de aprendizajes que proporcionen a sus
alumnos.
Resulta
inútil modificar la organización o los currículos, sino es para una futura
mejora en algún aspecto. Además no debe ser un simple hecho burocrático el
cambiar, modificar palabras para que resulte más atractivo a la vista, sino de
llevarlo a cabo, de realizar una mejora, una necesidad de cambio.
Pero
centrémonos en el núcleo de la acción docente: los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula, ya que lo que los
profesores hacen en clase es lo que marca la diferencia en los resultados de
aprendizaje de los alumnos. Hay que saber como llegar a los alumnos, como
motivarlos, como transmitirles seguridad, información basada en la construcción
del conocimiento.
La mejora
del aprendizaje de los alumnos no ocurriría si –paralelamente- no se da un
aprendizaje de los profesores (conocimientos y habilidades) y sin cambios
organizativos que promuevan el desarrollo de los centros. Y es que un
profesor/a nunca deja de aprender, de crearse como persona, como docente, como
un buen docente. Cada día, cada situación es buena para mejorar, tomársela como
un reto, sacar lo mejor y lo peor y plantearse nuevos cambios. Un profesor debe
estar en constante movimiento, tanto físico como mental, maquinando nuevas
posibilidades, nuevos proyectos, modificando, mejorando…
Además de
todo esto un docente debe estar informado de las noticias, de los nuevos
acontecimientos, ampliando su conocimiento día a día, pues todos los días se
aprende algo nuevo.
La mejora
puede, inicialmente ser entendida como “la movilización del conocimiento, las
destrezas, motivaciones, recursos y capacidades en las escuelas y en los
sistemas escolares para incrementar el aprendizaje de los alumnos”.
También debe
incluir dimensiones afectivas, sociales y personales (capacidades habilidades sociales personales, educación cívica y
responsabilidad social, etc.)
Hay que valorar también los procesos con los
que los han alcanzado (participación, implicación del persona, etc.) y cómo son
atendidos los alumnos más desventajados socialmente.
Para hacer
de cada escuela una buena escuela,
habría que pensar en qué hacer para que
haya un buen profesor en cada aula. Y es que es muy importante ver como marca
la diferencia un buen docente frente a otro que simplemente se limita a llevar
a cabo la programación. Es necesario formar a buenos profesores/as,
emprendedores, con ganas de realizar su trabajo lo mejor posible. Pero claro
como dice Miguel, la formación es muy importante pero se queda ahí, en teoría,
a la que podemos recurrir cuando realmente nos encontremos con los conflictos reales
de desempeñar la labor de ser maestros/as. Hasta entonces todo pinta bastante
bonito.
Los
resultados obtenidos por los alumnos/as dependen, en gran medida, de la calidad
que tenga su profesorado de la enseñanza
que reciban. Y es que “la calidad de un
sistema educativo no puede ser mejor que la calidad de sus docentes”.
En el
informe McKinsey (Barber y Mourshed,
2007)nos ilustra sobre cómo un buen profesor aporta un “valor añadido” que
puede ser cuantificado.
Se puede
cambiar el desempeño de un niño promedio (percentil 50), y en solo tres años llevarlo al 10% superior de
rendimiento, mientras que un mal docente puede en el mismo periodo, hacer
retroceder a dicho alumnos promedio al
percentil 37.
Las buenas
prácticas, expresadas en tareas que se les pide a los estudiantes que hagan en
clase, es lo que va a marcar lo que sean capaces de hacer. Las diferencias en
las realizaciones de los alumnos vendrán
dadas por su trabajo en el aula.
“Tener un
mal profesor puede ser devastados. Los maestros menos eficaces provocan
ganancias promedio de los estudiantes de aproximadamente 14 puntos porcentuales al
año, mientras que los profesores más eficaces provocaron un aumento de 52
puntos porcentuales al año.”
Entre las
metodologías más eficaces se encuentra la calidad de la interacción
alumnos-profesor. Es muy importante esta interacción, siempre basada en el
respeto. Que no se trate de una educación
unidireccional, sino que se componga de una relación entre el profesor y
el alumno, que ambos interactúen.
En este
artículo se hace alusión a integrar las
actuaciones del profesorado para la mejora en los currículums, para que no
quede como algo episódico o aislado. Y yo me planteo…. ¿hace falta que todo lo
que hagamos este escrito para tener que cumplirlo día a día? ¿No sale de
él/ella (un buen docente) mejorar día a día, tener una buena práctica de
enseñanza? ¿ no se supone que un maestro tiene el deber y obligación de eso?...
si ya miramos por el lado de las obligaciones y el trabajo en sí, que en los
tiempos que corren y según la mayoría de las personas es lo que realmente
importa, el dinero y cumplirlo todo a rajatabla, sin mirar más allá. Pero bueno
parece que es lo que nos gusta, que todo esté bien escrito y organizado, que
sea bueno a la vista, y algo olvidado en la práctica.
A partir de
los 90, el interés se desplaza a cómo los estudiantes aprenden una materia
particular (por ejemplo, estilos de aprendizaje), a las prácticas docentes que
se relacionan con estos contenidos y su comprensión por los estudiantes, así como
al conocimiento del profesor de dichos contenidos.
En definitiva los profesores efectivos exhiben
un conjunto de habilidades técnicas cuando enseñan en clase: tener altas
expectativas sobre los alumnos y comunicarlas; planificar bien las lecciones,
estableciendo un marco claro y objetivo de cada lección; usar una variedad de
técnicas y comprometer a los alumnos. Tener una estrategia clara para la
gestión de los alumnos, prevaleciendo un sentido de orden en la clase; emplear
tiempo y recursos sabiamente, de forma que promueva buenas actividades y
aprendizaje efectivo; usar un amplio rango de métodos de evaluación para supervisar
la comprensión y trabajo de los alumnos; marcar y supervisar el trabajo en
casa, especialmente en Secundaria. Además el buen docente exhibe varios
caracteres que describen la competencia docente y se pueden agrupar en 5
grupos. Son características profesionales: PROFESIONALISMO, LIDERAZGO,
PENSAMIENTO, PLANIFICACIÓN Y RELACIÓN CON LOS OTROS.